Los líquidos inflamables conocidos por todos como la gasolina o el alcohol son fáciles de reconocer y, por tanto, es sencillo tener precaución.
Sin embargo, hay otros productos que también son peligrosos y quizá no lo sabemos.
Por eso, ya sea en el entorno laboral o en el hogar, es necesario ser conscientes de qué líquidos son y cómo hay que manipularlos y almacenarlos.
Qué son los líquidos inflamables
Los líquidos inflamables son aquellos que, a determinada temperatura, liberan vapores que se inflaman al contacto con el aire.
A mayor temperatura, más energía y velocidad adquieren las moléculas del líquido y, por lo tanto, los vapores se crean con una mayor rapidez.
Pero no todos los líquidos inflamables funcionan igual, ya que dependen del punto de ignición: cuanto más bajo, con más facilidad prenderá.
Es decir: cuanta menos temperatura necesite el líquido para prenderse, más inflamable será.
Por eso, es importante conocer no solo qué líquidos son inflamables, sino a qué temperatura pueden provocar un accidente.
Para ello existe una clasificación de líquidos inflamables:
Los líquidos inflamables se dividen en clases según sus características.
- Clase A. Tienen un punto de ignición inferior a 20 ºC como el cloruro de metilo, el propileno o el butadieno. Algunos ejemplos de este tipo de líquidos inflamables son el dietiléter y el acetaldehído.
- Clase B. Se trata de productos con un punto de inflamación inferior a 55 ºC y que no están incluidos ya en la clase A. Aquí se encuentran el etanol, la gasolina, la acetona, el metanol, etc.
- Clase C. Estos líquidos tienen el punto de inflamación entre 55 y 100 ºC como el formaldehído y el fenol. En esta clase se incluirían líquidos como el queroseno, los esmaltes, el barniz, el diésel, las pinturas, etc.
Clase D. Aquí pertenecen los líquidos con un punto de inflamación superior a 100 ºC como el combustible industrial o el gasóleo para barcos.
Cuáles son los líquidos inflamables que quizás desconozcas
Algunos de los líquidos que hemos mencionado más arriba como la gasolina o el barniz son conocidos de sobra por su capacidad de inflamarse.
Sin embargo, existen productos químicos inflamables cotidianos de los que no se conoce el potencial peligro que presentan y que, por tanto, son más susceptibles a provocar accidentes.
Muchos de ellos se encuentran no solo en zonas de trabajo transitadas y habituales, sino también en los hogares.
Por ello, es necesario identificarlos y tomar las medidas pertinentes.
Espuma del pelo y de afeitar
En el propio envase se advierte del peligro de inflamación, aunque no se le suele prestar demasiada atención.
Este tipo de espumas salen del envase mediante gases a presión como el isobutano, el butano o el propano, por lo que son muy inflamables.
Lavavajillas y detergentes
Aunque no tienen el peligro de explosión que sí tienen los aerosoles, este tipo de líquidos pueden emitir gases tóxicos que a la temperatura adecuada pueden inflamarse y ocasionar un incendio, por lo que hay que tener cuidado a la hora de usarlos cerca de sitios que desprendan calor o superficies calientes.
Líquido para encender fuego
Por supuesto es un líquido muy inflamable, así que es conveniente guardarlo en un envase que no tenga ningún tipo de fugas ni derrames ni donde pueda alcanzar temperaturas por debajo de su punto de ignición, en este caso 40 ºC.
Sin embargo, todo esto no quiere decir que estar en el hogar o en la oficina sea peligroso, ya que la clave está en un correcto almacenamiento y manipulación de estos productos.
Las premisas básicas para esto son guardarlos en un lugar ventilado y lejos de fuentes de calor o fuego.
Muchos accidentes en el lugar de trabajo suceden por no haber tomado las precauciones necesarias y por eso es importante la formación de los trabajadores.
Zumo de la cáscara de naranja
No nos referimos al zumo de naranja sino a un discreto líquido que supura de la cáscara una vez que la fruta está pelada.
Este líquido, el limoneno, contiene sustancias como el hidrógeno o el carbono que hacen que sea muy inflamable.
Por ejemplo, si al pelar la naranja una gota salta a la llama de mechero o un cigarro se puede producir una llamarada súbita.
Esmaltes de uñas
Tanto los esmaltes como los quitaesmaltes contienen acetona, la cual es bastante inflamable (Clase B). A pesar de ello, no tiene por qué suceder nada mientras no se usen cerca de fuentes de calor.
Anticongelante del coche
El anticongelante del coche es un líquido inflamable, aunque como imaginarás tiene un punto de ignición más alto que otros. Sin embargo, hay que tener precaución a la hora de manipularlo y almacenarlo.
Herbicidas y pesticidas
El problema con estos líquidos de nuevo es el almacenamiento porque a veces se suelen guardar en lugares precarios expuestos a una fuente de ignición como el sol directo o el calor, lo que puede provocar que se inflamen y ocasionen un incendio, además de gases tóxicos.
Quitamanchas y cloro
Algunos de estos líquidos son muy inflamables o pueden emitir gases tóxicos, por lo que se deben almacenar lejos de fuentes de calor como pueden ser la lavadora o la secadora.
Qué precauciones hay que tomar ante los líquidos inflamables
En el lugar en el que se almacenen líquidos inflamables, sean de la clase que sean, hay que tomar ciertas precauciones como:
- Extintor para líquidos inflamables, es decir, de polvo químico seco.
- Material absorbente en caso de derrame como arena.
- Pala, escoba y bolsas para recoger la arena absorbente con restos del líquido inflamable.
- Gafas de seguridad.
- Máscara protectora ante fuga de vapores.
Además, es necesario que los empleados que frecuenten esas instalaciones reciban algún tipo de formación sobre identificación y manipulación de líquidos inflamables, manejo de extintores, primeros auxilios y tratamiento de derrames.
Por tanto, se trata de evitar que haya accidentes por desconocimiento o errores durante la manipulación de estos líquidos y, por otro lado, en caso de accidente se podrá actuar con rapidez y evitar daños graves.